Nació en Jarabacoa, donde aprendió a amar la cocina gracias a su madre, quien era una excelente pastelera. Cocinera autodidacta y emprendedora, emigró a España, donde comenzó a laborar en diversos puestos de este sector. Sus habilidades la encumbraron hasta la dirección de la cocina del prestigioso Club Allard. A partir de ese momento, asumió el reto de mantener las dos estrellas Michelin que el restaurante madrileño había ganado en 2011. Recientemente fue designada “embajadora iberoamericana de la cultura” por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), distinción de gran valor que enaltece el papel de nuestra gastronomía.